Las incrustaciones dentales son restauraciones que se usan para reparar dientes posteriores que tienen caries medianas y grandes, con comprometimiento del espacio proximal y en fracturas de cúspides . Estas también pueden ser utilizadas para restaurar los dientes que están agrietados o fracturados si el daño no es tan importante como para que requieran una corona dental.
Al tratar la caries dental, las incrustaciones ayudan a eliminar la sensibilidad dental y finalmente la pérdida del diente. Las incrustaciones también ofrecen los siguientes beneficios:
- Pueden ser prácticamente invisibles.
- A diferencia de los empastes metálicos, las incrustaciones no sufren expansión ni contracción en respuesta a los cambios de temperatura causados por los alimentos calientes y fríos. Este cambio dimensional puede hacer que el diente se debilite o fracture.
- El uso de incrustaciones requiere menos reducción dentaria que el uso de empastes metálicos; lo que permite a los dentistas preservar más la estructura dental natural del paciente en el proceso de tratamiento.
- Debido a la forma en que se confeccionan las incrustaciones, éstas ayudan a reforzar el diente hasta el 75 por ciento.
- El material perdurable con el que se realizan las incrustaciones ayuda a que duren hasta 30 años, mucho más que los empastes convencionales.
- Pueden reemplazar a los empastes plateados para crear una sonrisa más saludable y de apariencia más natural.
- Al preservar los dientes cariados, evitan la necesidad de realizar posteriormente un tratamiento más exhaustivo.